Las patatas bravas son unas patatas acompañadas de salsa picante. De hecho, su nombre viene del picante de la cayena, que es esencial en la salsa. Las patatas pueden prepararse fritas, cocidas en agua, cocidas en aceite e incluso en algunos casos al horno.
Es un plato típico de la gastronomía española, aunque realmente su origen es de Madrid. Suele tomarse a modo de tapa, acompañada con una cerveza o con una copa de vino, que harán calmar el clásico picante por el que son conocidas las patatas bravas.
El origen del plato proviene de dos establecimientos madrileños que actualmente ya no existen: La Casa Perico y La Casona. Mucho se dice sobre cuál de los dos lugares fue realmente el creador de las patatas bravas, pero sobre 1960 las colas para probar este plato fueron míticas.
Una curiosidad sobre las patatas bravas es que la ONU, sobre 2008, realizó un estudio sobre patatas a nivel mundial donde reconoció que las patatas bravas era un plato típico español.
También existe mucha controversia sobre los ingredientes de esta salsa. Básicamente se diferencian en dos vertientes. Aquellos que defienden la presencia del tomate y otros que opinan que no debe llevarlo y que su color se debe a la presencia del pimentón.