El 15 de mayo es el día grande de Madrid, ya que la ciudad celebra a su patrón, San Isidro. Este santo nació en Madrid, allá por el año 1080, en el seno de una familia humilde, en una casa de la calle de las Aguas, cerca de El Anciano Rey. Al principio realizaba labores de pocero y zahorí, si bien después se dedicó a la agricultura.

Se dice que labraba la tierra cada día, pero que también dedicaba muchas horas a la oración. Debido a ello, algunos compañeros lo acusaban de descuidar sus labores del campo. Pero un día ocurrió lo imprevisto, y es que mientras estaba en la iglesia unos ángeles bajaron del cielo para coger el arado y cumplir con la labor de Isidro.

Isidro se casó con María de la Cabeza, y se le atribuyen más de 400 milagros. Uno de ellos era hacer brotar agua golpeando una roca con su vara. Así, el 15 de mayo de 1619 el Papa Paulo V lo beatifica, lo que explica la fecha de la celebración que viene ocurriendo cada año desde entonces.

A finales del siglo XIX, dependiendo del barrio de origen y de la forma de vestir, los vecinos de Madrid adoptaban un nombre concreto. Por ejemplo, los chulapos vivían en Malasaña y los Manolos en Lavapiés. Otros nombres era los «chisperos» o los «isidros», pero la cuestión es que todos se ponían sus mejores galas para ir a celebrar el patrón de Madrid.

Las chulapas visten con blusa blanca con mangas ceñida a la cintura y falda de lunares hasta los pies. La cabeza se cubre con un pañuelo rematado con dos claveles y anudado al cuello. Todo ello se acompaña de un vistoso mantón de Manila.

Por su parte los chulapos llevan pantalones oscuros ajustados, una chaquetilla corta y estrecha adornada con un clavel, botines y una gorra de cuadros negros y blancos llamada parpusa.

Todos se reúnen en la Pradera de San Isidro a bailar el chotis. Este baile se remonta a 1850, cuando se bailó por primera vez en el Palacio Real. En realidad lo que los músicos tocaron fue una polca llamada “Schottissh”, nombre que se desvirtuó hasta llegar a la actual palabra «chotis». Se trata de un baile sencillo, que se baila en pareja al son de un organillo. La chulapa gira alrededor del hombre y este gira a su vez sobre su eje. Por ello se dice que sólo se necesita una baldosa para bailarlo.

Finalmente, después del baile viene la merienda, donde las protagonistas son las famosas rosquillas de San Isidro.

Y después de esto sólo queda que te vengas al centro de Madrid a honrar a nuestro patrón, y visitar una de las tabernas más castizas de Madrid: el Anciano Rey de los Vinos.