Uno de los dulces típicos para degustar en Madrid son los pestiños. Su historia es muy antigua. En la Roma clásica se hacía un dulce similar que se tomaba en las Saturnalias. Se llamaban “frictilia”, y se cocinaban con harina de trigo, se freían en manteca de cerdo y se bañaban en miel. Pero lo más seguro es que la receta de lo que conocemos como pestiños, sea el resultado de la influencia de tres culturas que han poblado España: cristiana, judía y musulmana.

En la cocina sefardí existe un ancestro del pestiño: las fijuelas. Se elaboran con harina frita y se bañan en almíbar. Aún siguen preparándose en algunas zonas rurales de Castilla y Aragón en Semana Santa. En realidad son más conocidas por el nombre de «hojuelas manchegas». Dado que los sefardíes fueron expulsados de España en 1492, se puede situar el origen de esta receta antes de dicha fecha.

Pero la receta del pestiño tal y como hoy lo conocemos data del siglo XVI. En la «La lozana andaluza» de Francisco Delicado (1528), se indica que una de las especialidades de la protagonista era elaborar pestiños.

Por su parte también Cervantes hace referencia a los pestiños en «El Quijote» y en otras novelas, y en 1874 en «El sombrero de tres picos» de Pedro Antonio de Alarcón, también se refiere a ellos como el manjar que el molinero ofrecía a los ilustres invitados que visitaban su molino en Semana Santa.

Pero para conozcas bien lo que es un pestiño, lo mejor es que vengas a El Anciano Rey de los Vinos, donde podrás tomar unos pestiños artesanos de la mejor calidad. Y si encima los acompañas con nuestro vinito dulce será difícil que te resistas a repetir.