Madrid está llena de fascinantes leyendas e historias de misterio sin resolver que merecen la pena conocer. Y por ello, te contamos algunas leyendas conocidas y otras no tan conocidas que existen en la capital. ¿Conocías alguna?

El fantasma del Palacio de Linares

Esta leyenda comienza con el amor entre José de Murga y Raimunda Osorio. Un amor que tiempo después se truncó cuando ambos descubrieron que eran hermanos.

José era hijo de un conocido funcionario y la joven había sido fruto de una relación extramatrimonial.

El padre de José intentó romper la relación, pero no fue hasta su muerte cuándo a través de una carta explicó los motivos de su intento de separarlos. Sin embargo, la pareja ya se había casado y cuando descubrieron la verdad decidieron pedir una bula papal a Pío IX, que les permitió seguir casados pero vivir en castidad.

El verdadero problema comienza cuando nace Raimundita. El matrimonio, para ocultarlo, decidieron matarla y enterraron su cadáver en el Palacio de Linares.

Según cuentan, el fantasma de la niña se pasea por la Casa América, llorando, gritando e incluso cantando.

La casa maldita

En el número 3 de la calle Antonio Grilo se encuentra la conocida “casa maldita” Madrid, pues allí se han cometido varios crímenes entre sus paredes.

En 1945, un hombre fue asesinado mientras dormía.

Pero el más impactante ocurrió el 1 de mayo de 1962. Un conocido sastre asesinó a su mujer y a sus cinco hijos y después exhibió sus cuerpos en el balcón antes de suicidarse.

Dos años después, una mujer mató a su bebé y lo escondió en el cajón de su armario hasta que fue descubierto.

Existen muchas teorías sobre los motivos de tales sucesos, entre ellas que se trata de algún espíritu diabólico que hace enloquecer a aquellos que habitan en la casa.

Los madrileños son “gatos”

La denominación de ‘gatos’ a los madrileños viene del siglo XI, en plena campaña de reconquista de las tropas de Alfonso VI, cuando asediaban la antigua Mayrit (Madrid).

La leyenda cuenta que un valiente soldado trepó solo con la ayuda de una daga la fuerte muralla musulmana. Ya arriba, cambió la bandera árabe por la cristiana.

Su hazaña fue seguida por muchos de sus compañeros y a todos ellos se les llamó ‘gatos’ por su forma de trepar, apodo que heredaron los habitantes de la ciudad.

El hombre sin cabeza de San Ginés

A finales del siglo XVI, unos ladrones entraron en la famosa iglesia de San Ginés para robar joyas y oro. Sin embargo, no se percataron de la presencia de un hombre que en ese momento estaba rezando y fue asesinado brutalmente por los ladrones, que le cortaron la cabeza.

Desde entonces, cuentan que el fantasma de este hombre deambula por la iglesia protegiéndolo de los robos.

El crimen de la calle de la cabeza

En una vivienda de esta vía cercana a Tirso de Molina, un criado portugués cortó la cabeza al sacerdote al que servía para robarle todo su oro y huir. El sirviente no dejó pistas y el crimen se quedó sin resolver.

Años más tarde, el luso volvió a Madrid como un acaudalado aristócrata y, paseando por el Rastro, compró una cabeza de carnero para su cena. Guardada debajo de su capa, el hombre iba dejando camino de su casa un reguero de sangre, llamando la atención de un vigilante, que le preguntó qué escondía. El exsirviente accedió a enseñarle la cabeza del animal, pero lo que sacó de su capa fue la cabeza del religioso asesinado.

El ex sirviente fue arrestado y condenado a muerte.