Si hay una bebida de verano con auténtico saber español es la sangría. Reunirse en torno a una jarra bien fría de tan refrescante y deliciosa bebida y tomar unos cuantos vasos es casi un ritual. No son pocos los turistas que según llegan a España tienen en el pensamiento dos cosas: comer paella y beber sangría.

Además, la sangría tiene una historia muy particular. La bebida que conocemos hoy es el resultado de mezclar vino tinto con frutas, brandy, soda y especias. Para servirla, se añade mucho hielo y se acompaña de trozos de fruta recién cortada.

En realidad el origen de esto nos lleva al imperio romano nada menos, donde era frecuentar mezclar vino con otras especias para conseguir sabores diferentes y agradables. A esta bebida se la conocía como hippocras.

Con la expansión del imperio romano, la costumbre se fue extendiendo, si bien fue en la península ibérica donde comenzó a conocerse como “sangría” debido a su intenso color rojo.

Parece ser que fue en Andalucía, en la edad media, donde empezó a agregarse la fruta cortada. Así, con la adición de especias y de fruta se conseguía mejorar considerablemente la mala calidad de algunos vinos.

En realidad existen otras sangrías, como la que se preparaba en Francia en los siglos XVIII y XIX. En este caso empleaban uvas francesas. O en Inglaterra la conocida como “copa Claret” preparada con vino tinto, brandy y especias.

Como curiosidad, los estadounidenses son auténticos incondicionales de la sangría, lo cual se debe a que en la Exposición Mundial 1964 de Nueva York el pabellón español la ofreció a los visitantes con un éxito impresionante.

Y como al llegar aquí estarás ya deseando saborear una buena sangría, te recordamos que en El Anciano Rey la preparamos como nadie. ¿A qué estas esperando para reservar tu mesa?