Que la moda levanta pasiones lo sabemos, pero ¿puede llegar a provocar revoluciones?

Pues la respuesta es sí, y eso fue lo que sucedió en Madrid hace ya muchos años, allá por 1766 cuando reinaba Carlos III y de ello fueron testigos las calles de esta zona de Madrid donde se encuentra El Anciano rey de los Vinos.

El causante fue Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache y hombre de confianza del monarca. El marqués llevo a cabo un plan de modernización de la ciudad que incluía limpieza, pavimentación, alumbrado público, alcantarillado… pero se reservaba para el final la gran sorpresa, y es que tenía el empeño de cambiar la indumentaria típica de Madrid en aquella época. Concretamente quería eliminar el uso de la capa larga y el chambergo (un sombrero de ala muy ancha). Según él, y posiblemente no le faltaba razón, ese tipo de prendas permitían el anonimato de las personas y por tanto, facilitaban la comisión de crímenes. Así que se le ocurrió que la vestimenta adecuada debían ser una capa corta y un sombrero de tres picos, ya que así se podía reconocer a la persona.

Sin embargo, al pueblo le pareció que esta medida era una imposición de una moda extranjera y por ello se produjo una revuelta que acabó con la salida de Esquilache de la corte.

La revuelta empezó en la plazuela de Antón Martin, continuó por la calle Atocha, la Plaza Mayor y llegó hasta la Casa de las Siete Chimeneas, residencia del marqués. Al día siguiente los amotinados se dirigieron a nuestro vecino Palacio Real. Al final, el Rey, intimidado por la multitud accedió a todas las pretensiones de los manifestantes, lo que incluía la destitución de Esquilache entre otras cosas.

En realidad lo de la vestimenta fue sólo la culminación del malestar que existía debido a la subida del precio de los alimentos que se había producido en los últimos meses y que el pueblo atribuía a la mala gestión de Esquilache.

Y si quieres ver esa historia de cerca, ya sabes, acércate a El Anciano Rey, pide un vinito o un vermout de barril, y disfruta de nuestras magníficas vistas.