El Anciano Rey de los Vinos es de las pocas tabernas míticas que conservan las tradiciones del Madrid castizo y que se ubica, además, en un entorno totalmente privilegiado: entre la Catedral de la Almudena y el Palacio Real.

El Anciano Rey de los Vinos sigue la pautas que marca la tradición de las tabernas madrileñas: fachada roja y azulejos de vivos colores.

Castiza como la que más, la taberna continúa siendo, con los años, un lugar de agradable estancia. Entre sus muros y en su bonita terraza -desde la que se puede apreciar una magnífica estampa de la Catedral de la Almudena y del Palacio Real- se disfruta de una suculenta oferta gastronómica.

La taberna, ampliada en el año 2005, cuenta con un salón con capacidad para 30 personas, con un horario de 13:30 a 16 y de 21 a 24:30 horas, además de la zona de barra donde se puede degustar unos pinchos o platos de mayor entidad desde las 10 de la mañana hasta las 12 de la noche, ininterrumpidamente. También la terraza dispone de un horario continuo de cocina desde las 10 de la mañana hasta las 12 de la noche.

El Anciano Rey de los Vinos tiene el martes como día de descanso (excepto martes festivos) y cierra por vacaciones durante el mes de febrero. Su horario es muy extenso por lo que deviene fácil acabar recalando en el Anciano Rey de los Vinos: los L, X, J, V, S y D permanece abierto desde las 10 de la mañana hasta la 1 de la madrugada, ampliándose este horario en una hora (hasta las 2 de la madrugada) todos los viernes, sábados y vísperas de festivo de verano.